viernes, 14 de marzo de 2014

"Los hijos del sol" de Eduardo Caballero, resumen.

Los hijos del Sol

En una isla del lago Titicaca, vivía una familia de indios aymaras. La familia estaba conformada por el abuelo y líder de la familia Tupac quién era hechicero y curandero, la nuera del hechicero y su hijo Tupac. Cuando Tupac había cumplido 7 veranos sobre la tierra, el abuelo decidió que debían ir a Cuzco para pedirle un favor a su emperador Huayna-Cápac. Al llegar, en medio de la plaza el abuelo dijo “¡Grande es el imperio de los Hijos del Sol, pero días terribles vendrán para los emperadores de Cuzco!”, luego de hablar con el emperador, se dirigieron a Tumbes por órdenes del emperador. En el camino, el abuelo seguía repitiendo que vendrían días oscuros para el imperio y que alguien a quien él quería mucho, sería instrumento de su destrucción, ese alguien era Tupac, su nieto y justamente por eso, le había pedido a Huayna-Cápac que les permitiera ir a vivir a Tumbes. Cuando llegaron, el  abuelo le contó a Tupac la historia de la creación del imperio y al final le preguntó si habría algún mortal tan descastado capaz de destruir el imperio fundado por los Hijos del Sol, a lo que Tupac le respondió que era imposible y de haberlo, él lo mataría. Años después, cuando Tupac era un fuerte y ágil adolescente, el abuelo lo llamó en una noche y le pidió ir a Quito para poder morir tranquilo y también le hizo prometer que nunca haría o diría nada para provocar la ruina de su pueblo. El abuelo había tenido un sueño desde que Tupac era un niño, en su sueño había visto que un pez fabuloso vendría del mar a la playa y había vomitado a unos dioses pálidos y barbados de cuatro patas que devorarían el imperio, además, que la lanza de un hermano se revolvería contra la del otro (Atahualpa contra Huáscar, hijos de Huayna-Cápac) y que correría mucha sangre en Tahuantisuyo. Debido a esto, el abuelo le pidió a Tupac ir a advertirle al príncipe Atahualpa del peligro que corría el imperio y evitar que se diera esa rivalidad. Dicho eso, el abuelo cerró los ojos para siempre y Tupac emprendió su viaje. Cuando se estaba alejando, pudo observar un gran pez que se acercaba lentamente hacia la playa.

El pastor de puercos

En la ciudad de Trujillo, vivía un niño pobre llamado Francisco Pizarro que cuidaba cerdos, no sabía leer ni escribir y era maltratado por todos. Un día decidió irse a Madrid, y fuera de la bendición de sus padres, no llevaba si no una camisa de remuda, unos cachos de pan y un cuarto de queso de cabra. En Madrid sobrevivió gracias a la comida de un convento y de la limosna. Su sueño era volver a Trujillo en carroza y con criados y levantar un palacio. Francisco escuchaba continuamente que en el nuevo mundo había muchas tierras por descubrir y muchas ciudades por fundar, además hablaban de su grande riqueza, por fortuna, logró engancharse en un galeón. En su largo viaje, aguantó mucha hambre y se mareó, al llegar a tierra firme, anduvo por ahí sin rumbo y muchas veces con ganas de volver a España. Después de un tiempo, logró convencer al canónigo Luque y a Almagro el Viejo de conquistar nuevas tierras, así que consiguieron dinero y permiso de las autoridades para emprender su viaje en una pequeña carabela. Contornearon la costa del Pacífico, hasta llegar a un lugar llamado Perú, donde unos indios los recibieron con humildes detalles y deliciosa comida como yucas, maíz y piñas. Los indios a su vez, les dijeron donde había oro y señalaron hacia unas tierras del monarca Atahualpa. Cuando ya ni ellos, ni la balsa daban más, llegaron a una isla que bautizaron isla del Gallo, algunos se quedaron y otros se fueron a pedir refuerzos a Panamá, ahí se quedaron él y otros doce más quienes se alimentaron de comida que encontraban como aguacates, carne de mico, cangrejos, mangos, entre otros. Después de meses volvieron los refuerzos de Panamá, Pizarra no quiso demorarse he inició su viaje de nuevo y cuando se disponía a fondear en la caleta del puerto de Tumbes, vio una figura humana agitando sus brazos, está persona era Tupac. A diferencia, de los demás, Tupac no salió corriendo y al reunirse con ellos, recibió comida y unos regalos por parte de Pizarro. Tupac fue bautizado como Francisquillo en honor a Francisco Pizarro. Francisquillo les contó muchas cosas del imperio del Tahuantisuyo y las predicciones del abuelo así que les preguntó, si era verdad que ellos eran unos dioses. Y como por boca de Francisquillo se habían enterado de que Tahuantisuyo era una tierra rica y densamente poblada, Pizarro decidió volver a España por más refuerzos y poder conquistar esa tierra. Tupac fue con ellos sin antes cumplir la promesa que le había hecho al abuelo de ir a Quito para evitar una terrible tragedia.

La traición de Francisquillo


En el camino hacia España, Tupac le preguntó a Pizarro si no era Viracocha, quien había sido un hombre barbudo Hijo del Sol, quién probablemente había vuelto para restituir al Huáscar la totalidad de su imperio porque su hermano Atahualpa quería arrebatarle lo que le pertenece. Pizarro le hizo un guiño a los demás tripulantes del barco y le dijo a Tupac que ellos eran los hijos de Viracocha quienes habían ido para restituir el imperio a Huáscar y que con ayuda de él, apresarían y matarían  Atahualpa. Tupac les creyó, ya que los dioses no mentían nunca y dijo que si les conduciría al campamento de Atahualpa. Francisquillo, al ver las construcciones de España, las armas de fuego y muchas más cosas adelantadas o más tecnológicas que nunca antes había visto, se convenció de que ellos si eran los hijos de Viracocha. Efectivamente, al volver a América, Tupac los guío al campamento de Atahualpa, y ellos se encargaron de apresar a Atahualpa y los escoltas que lo acompañaban. Pizarro le dijo a Atahualpa que no quería herirlo y que le ayudaría a derrotar  a Huáscar si le daba cierta cantidad de oro, lleno de ambición, Pizarro no quedó contento cuando Atahualpa cumplió con su parte del trato y le pedía más y más oro cada vez. Por medio de los refuerzos de Pizarro, se dieron cuenta de que algunos generales de Atahualpa, habían ahogado al Huáscar y así se le ocurrió una gran idea a Pizarro, ya que con la muerte de Huáscar, si se deshacía de Atahualpa, todo el imperio caería en sus manos. Francisquillo al ver todas estas terribles acciones, pensamientos y todo el desorden que se estaba dando, comprendió que los españoles no eran más que simples mortales llenos de avaricia y ambición que estaban acabando y explotando a su pueblo. Devastado, recordando la promesa que le había hecho al abuelo y había incumplido tratando de lograr lo contrario se arrancó a puñados el cabello y comenzó a llorar.

30 comentarios:

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  3. Mmmm esto no es obra de Abraham Valdelomar ??

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  5. No es de eduardo caballero calderon

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  6. N9oo9ooooooooooooooo9oooooooooooooooooooiioiiiiiooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooollllllllooooooooooooooofeo el que lolea

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  7. mnnnnnnnnnoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooonnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

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  8. Quien lea este comentario es gay responde si lo leiste

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  9. Están concientes de que es un resumen no🤔🤔

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